LLANO ADENTRO EN LETRA VIVA
(Volumen
II)
LOS LLANEROS Y LA LIBERTAD DE AMÈRICA
El llanero es el resultado de la mezcla del conquistador, el aborigen
y el africano. De allí le viene su controversial conducta. El conquistador del
llano “era un elemento vigoroso, con
mucha sangre y fuerzas orgánicas, palpitantes, recias en la espesa red de sus
nervios, y al chocar con aquel otro elemento pálido y entenebrecido por una
naturaleza calurosa y monótona, venció y se impuso sin mayores resistencias
hasta el extremo de hacerle desaparecer.”
Los llaneros, para muchos eran considerados sólo un puñado de hombres
incivilizados, barbaros en su proceder, rústicos en sus costumbres y rebeldes
ante los deseos del conquistador.
El llanero posee un
apego casi espiritual, telúrico y humano que lo atan a esas inmensidades que le
colman de valor para enfrentar tanto peligro y realizar acciones increíbles por
los citadinos, conquistadores y colonos que quisieron imponerse ante esta raza
de hombres que sin su participación en la gesta independizadora hubiese sido
imposible la libertad de América. El mismo general Morillo lo reconoció al
manifestar: "Catorce cargas consecutivas sobre mis cansados batallones,
me hicieron ver que aquellos hombres no eran una gavilla de cobardes... sino
tropas organizadas que podían competir con las mejores de su majestad el
rey". También le escribió al rey “Dadme cien llaneros y me
paseo por Europa en nombre del Rey de España”.
El general Morillo, si entendió que
para vencer en la guerra era necesario ganarse a los llaneros a favor de la
causa realista. Él sostenía que estos desarrapados
se habían convertido “en una pesadilla ya
que le atacaban por los flancos y desaparecían y cuando eran perseguidos se
volvían y los soldados españoles se clavaban solitos en sus largas lanzas”. Se
valían de cualquier acción que con arrojo y valentía figuraban hazañas
increíbles.
Como
graficando la gesta libertadora el general Santander escribió: “No puedo pasar en silencio esa campaña de Apure donde las
privaciones, las penalidades y los peligros se acumularon para probar nuestra
constancia. No teníamos más patria que el terreno donde vivaqueábamos.
Descalzos absolutamente, sin ropa, sin recursos, y alimentados solo con carne
asada y sin sal, deseábamos los riesgos para acabar con gloria una vida tan
amarga".
Sin la participación del
llano y los llaneros no se hubiese logrado la libertad de América. Era tanta la
fama de estos hombres que el capitán Domingo López Matute, quien fue de los
llaneros de Boves y luego de Páez, desertó de la guarnición de Cochabamba, muy
cerca de Argentina, a donde paso lanzado a la aventura, participando en varias
revueltas al servicio de Facundo Quiroga; pero luego de haberse ganado la fama
de aguerrido, intrépido y valiente, es hecho prisionero en ese país y fusilado
en la plaza de Salta, ciudad ubicada al sur de la Argentina.
En una oportunidad el
general Gregorio de la Madrid, quien conocía las hazañas de Matute y los
llaneros le dijo al general Antonio José de Sucre: “… Ah mi General, si me diera unos doscientos hombres como
esos que llevó Matute, yo le daría cuenta de toda la Confederación
Argentina".
Eran “Hombres acostumbrados en sus
pampas a sus ríos tormentosos, a domar caballos salvajes y a vencer cuerpo a
cuerpo al toro bravío, al cocodrilo y al tigre”. Poseían la fiereza del tigre para vencer al
ejército realista, vencedores en los más difíciles combates de la Europa y
estos bravos llaneros apenas armados con lanzas de madera vencieron a tropas de
soldados que les doblaban en número y en armamento.
Fueron los llanos y los llaneros los que brindaron
todo el apoyo logístico a la guerra; ellos aseguraron el dinero, comida, ganado, los mejores hombres y todos los
recursos necesarios para emprender tal empresa.