LLANO ADENTRO EN LETRA VIVA
(Volumen
II)
LA
HERENCIA ARVELEANA EN LA POESÍA LLANERA
Barinas, Tierra de historias y
leyendas, sueños, sabanas y canciones, refugio de poetas, caminos de palma y
sol, donde la poesía desanda por la sabana. Eduardo Ali Rangel, me dijo un
día:- “en ésta tierra barinesa nos
dejaron una herencia noble Arvelo Larriva, Arvelo Torrealba, Orlando Araujo, Luis Fadul Hernández y tantos hombres de letras que han hecho
inmensos los horizontes de ésta tierra llanera. Y en el prólogo de mi
libro:”Bajo el cielo barinés” reafirmó su pasión Arveleana este poeta
Rangel:
El verso sigue viviendo
en la luz de nuestro llano
con esperanza armoniosa
mirando en el horizonte
que le brinda al sentimiento
con luz serena y hermosa.
Por eso ayer, una voz
de bardo con esperanza
me trajo un mensaje grato
con cordialidad llanera
en un verso que camina
con luz de cielo y de tierra.
La inspiración tiene vida
dialogando en el paisaje
y con la canta arveleana
el verso sigue viviendo
porque en la llanura siempre
su pensamiento es eterno.
No puede ser de otra manera,
la influencia arveleana está inmersa en la cultura literaria llanera y
universal. Son muchos los poetas y cantores de los llanos colombo-venezolanos,
y más allá de estas fronteras, que están arraigados a la poesía arveleana, como
muestra y sin distinción de regionalismo, solo por razón de espacio, vamos a
nombrar algunos barineses Luis Fadul Hernández, Carlos Giusti Vargas, Miguel
Ángel Nieves, Reinaldo Arias, Eduardo Alí Rangel, Guillermo Jiménez Leal, Juan
de la Cruz Díaz, Miguel García Vielma y don Eladio Tarife, quién una tarde
barinesa me manifestó que él era devotó de Alberto Arvelo Torrealba, tanta era
la veneración que sentía por la figura del poeta, que antes de cantar se
persignaba en su memoria, en su homenaje
compuso la canción, Un poeta nunca muere,
dice así:
Alberto Arvelo Torrealba
con tu nombre me persigno
pidiéndole al Dios divino
que me haga compañía
en la larga travesía
que me trazó mi destino
de seguir por los caminos
que dejo tu poesía
con sagrada maestría
plasmada en pergaminos
de mi querida Barinas
poeta de verso fino
que le dio categoría
a la copla y a la canta
y la lleno de armonía
creando en su fantasía
al famoso Florentino
ese coplero genuino
que le gano la porfía
a la figura sombría
del espíritu maligno…
yo soy de los que opino
para decirle lo cierto
el poeta no está muerto
con nosotros ha vivido
él solo está dormido
soñando con los esteros
con el cantar mañanero
y el arrendajo ladino
y el silbido matutino
un día 6 de enero
paso algo verdadero
cuando Maruja decía
tramoleando su pañuelo
¡él poeta Alberto Arvelo
No se ha muerto todavía…!
Por los caminos del alba
Alberto Arvelo Torrealba
No se ha muerto todavía.
La herencia arveleana en la
poesía llanera, tan singular y tan cercana a la vida del llano, no tiene, ni
tendrá fin, es una poesía que transita los caminos de la llanura, va de voz, en
voz, haciéndose cada día más popular, más cercana a la gente; pero esta
opinión, en razón a la verdad, creo que no desmerita la universalidad del poeta
de la llanura y su poesía de “genuina
creación artística”, que lo diga Guillermo Jiménez Leal, quién más ha
musicalizado a Arvelo Torrealba y es uno de los mejores ejemplos de nuestra
herencia arveleana. Por ello comparto que Alberto Arvelo Torrealba, más que un
poeta nativista es un poeta de profundas dimensiones universales.
El doctor Alexis Márquez
Rodríguez, en el prólogo de la Obra poética de Arvelo Torrealba, editada por
Monte Ávila Editores, en coedición con la Fundación Cultural Barinas (1999);
afirma de una manera muy clara y precisa, lo siguiente: “La poesía de Arvelo Torrealba se manifiesta en la conjunción de cuatro
elementos que en su caso resultan indisolubles: el tema popular,
específicamente extraído del llano venezolano y de la vida del llanero (hombre,
afán, paisaje); las formas métricas y estróficas populares, de ámbito nacional,
ciertamente, pero de particular significación en la poesía y la música del llanero,
estrechamente consustanciadas con su vida y sus afanes (el octosílabo, la copla
la décima, el romance); un profundo contenido reflexivo, netamente existencial,
que universaliza la angustia del poeta ante el mundo y la vida…”
El recordado Humberto Febres
en su ensayo sobre Florentino y El Diablo, acertadamente sostiene: “Arvelo es nativo no nativista. Corrijamos,
fue nativista en sus comienzos, en su
primer libro “Música de cuatro”, ...pero el autor de “Cantas”, y de todo lo que
vino después, su obra fundamental, no merece ni ese ni ningún otro rotulo, como
no sea el de poeta.” Para que más, con
esa clara inteligencia del poeta Humberto Febres, quien con una sola palabra
definiera al gran Alberto Arvelo Torrealba, cuya poesía es influencia obligada
en la cultura literaria llanera y forjadora de los nuevos creadores del llano
adentro.
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