LLANO ADENTRO EN LETRA VIVA
(Volumen
II)
LA TORTILLA
VOLTEADA
A Carlos Lusson Pulido, residente en
Caracas, quien recientemente visito en Barinas la casa pulideña y al amigo
Manuel Pulido Núñez, residente en el estado Falcón y asiduo lector de esta
columna, ambos descendientes de esta familia de próceres, que brillan en las
páginas de la historia de Venezuela y América.
Poema en 12 décimas escrito por el polifacético y controversial don Nicolás Antonio Pulido
Briceño, donde el ilustre barinés, expresaba sus sentimientos y modo de pensar. Este poema es una alegoría a lo que él advertía cuando todos animaban la
causa independentista y él en el cabildo abierto que se celebraba en mayo de
1810 en Barinas con su concienzuda razón y convencido de sus palabras, les
manifestaba “¿ Qué más quieren ustedes?”
todo lo tienen, y todo se proponen perderlo, van a perderse y arruinar estos
pueblos, por mi parte, tendré que seguir la suerte común; y lo peor que voy a
hacerlo con la intima convicción de que vamos a un suicidio”.
Así fue no vacilo
en apoyar decididamente la causa independentista, con sus ideas, dinero y
cualquier otro recurso necesario, sin importar los sacrificios que cobraban las
circunstancias.
Sus padres fueron
don Antonio Pulido y León y María Inés Briceño Pumar. Contrajo matrimonio con
María Ignacia Pumar, hija de don José Ignacio del Pumar, Marqués de las riberas de Bocono y Masparro. Se desempeño como
interventor de la Real hacienda de
Barinas, diputado por Pedraza; abrazo la causa republicana desde sus comienzos
y participó activamente en la guerra de independencia. Muere en 1834.
Don Nicolás Antonio Pulido a diferencia de su
hermano Juan José, no era partidario de la disolución de Colombia. Decepcionado por la situación política de
aquellos tiempos y por tantos
desengaños, se retira a la vida privada y de nuevo en su Barinas natal, se
dedica a lo que siempre había cultivado, su inteligencia y su talento al arte
de escribir. En 1823, escribe este
histórico e interesante poema que alude los momentos que para entonces
vivía la patria.
I
La tortilla está
volteada
Volteada está la
tortilla
Y es funesta maravilla
Venir del ser a la
nada.
Principió cruda y
quemada,
Quedo pésima en
sazón
Por ser contra la
razón
El tortillero
violento;
Y porque sesos al
viento
Apoyaron la moción
II
Aprended flores de
mi
Lo que va de ayer
a hoy:
Hoy con patria
nada soy,
Sin patria ayer
mucho fui.
Tomad el ejemplo
en mi,
Y contén vuestra
pasiones,
Huye de
revoluciones,
Mira atenta a
Venezuela
Que solo ha
quedado en Zuela
Con el vene en los
talones.
III
Los más yacen
arrollados
En tristes
departamentos,
Cuyos ayes y
lamentos,
De nadie son
escuchados.
Es de ánimos
depravados
Despreciar al
infeliz,
Adular al que es
feliz,
Profesar el
egoísmo,
Sólo quererse a sí
mismo
Cuando él mismo
está en un triz.
IV
El que ayer de la
fortuna
Se miró puesta en
la cumbre
Hoy ni siquiera de
lumbre
Para alumbrarse
tiene una.
No es mucho que se
confunda
El más claro
entendimiento
Con el triste
pensamiento
De lo que fue y de
lo que es,
Sin esperar ni aun
después
Aliviar su cruel
tormento.
V
Lo blanco se
volvió negro
Y lo negro se hizo
nieve,
Sin haber uno que
niegue
Ser pérdida sin
reintegro.
Admirar no más me
atrevo
Variación tan
declarada,
Inaudita e
inesperada;
Pero por más que
lo inquiero ,
Todos
responden: “Yo infiero
Que
es la tortilla volteada”.
VI
El culto está en
abandono,
La moral
desconocida,
Y en su lugar
sustituida
La impiedad en
alto trono.
El escándalo es
abono
De cualquiera
acción malvada;
Y la verdad nunca
hallada
Porque ella huyó
la primavera,
Por no hallarse en
la quimera
De la tortilla
volteada.
VII
Los Prelados
expatriados
Y la Iglesia
abandonada,
La Religión
despreciada
Y sus ministros
odiados;
Los cánones
anulados;
La virtud yace
olvidada,
Proclamada la
perfidia,
Burlada la
diversión,
Y todos con la
ocasión
De la tortilla
volteada
VIII
No obstante, el sabio
congreso
Se dedica con afán
A saber si el
queso es pan,
O al contrario el
pan es queso;
Si es impune todo
exceso,
Si es doncella la
preñada,
Si la viuda es
antojada;
Y a esto, un mudo
con denuedo,
Le señalo con el
dedo
A la tortilla
volteada.
IX
Los que por tan
rara causa
Hoy se miran
exceptuados,
Disfrutan muy
desahogados
La guerra, con
gusto y pausa.
La avaricia nunca
pasa,
La ambición nunca
es saciada,
Es grande el que
era antes nada.
Y entre tanta
batahola
Vemos que a
cualquier hora
La tortilla está
volteada.
X
El pueblo con
energía
Pregunta: ¿quién rige ahora?
Respóndele: Una
señora
Llamada doña
Anarquía.
En ella no hay
simetría.
Porque nació
trastornada,
Tosca y mal
organizada;
Pero ha venido a
ordenar
Que se acabe de
quemar
Nuestra tortilla
volteada
XI
Quien lo dice no
soy yo;
La experiencia es
quien lo muestra
Viéndose en la
suerte nuestra
Lo que va de ayer
a hoy.
Parece se ha hecho
convoy
Entre furias
infernales
Para envolver tantos males
En una revolución
Insana en toda
ocasión
Y de resueltas
fatales.
XII
En metamorfosis
tal
Toda admiración es
poca.
Y jamás podrá la
boca
Dar explicación
formal;
Ni cabe en ningún
detal
Descifrar esta
ensalada,
Esta hallaca o
empanada,
Este ajiaco o
picadillo,
Esta morcilla o morcillo,
Esta tortilla
volteada.
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